domingo, 28 de octubre de 2012

Envenéname

Muerdo de sus labios el apasionado licor de besos, siento su gusto, su aroma a rosas de sedra. Rosa bella roja floreciente arrinconada. Nos amamos y no pareamos hasta que la muerte pase a buscarnos. Envenéname con tu rosa mosqueta, como el vino envenena a las personas en un anochecer de primavera. Camina por mi sobrio cuerpo, resvalate con mi sudor, pero no me dejes tirado. Dejame amarte como cada mariposa ama sus colores. Como cada rosa ama su aroma. como cada paloma ama a sus pichones. -solo dejame- Quiero que tu cuerpo se pegue al mio, como la vela queda pegada en el piso una vez consumida después de una noche placentera. Cada costumbre a la que acomodo se me desploman, y sobre la mesa están las cartas que me escribias, recuerdo esas costumbres acostumbradas a no abandonarme. -De hecho lo hacias- Hacias que mis noches fueran torbellinos de hielo, volaba todo lo que estaba a su alcance y encima no era solo eso, además hacias congelar con tus puños las hiedras que se posaban en mi jardín sobre mi ventana. Mordías tus labios deseándome con la pasión de aquel torbellino en torno a mi mundo. Veía fluir tu grandeza de locura estrañamente erotica. Corrias y empujabas a tus pasos a lanzarse sobre ellos, que sin querer se trompezaban al andar. Volabas con tu imaginación que no le faltaban detalles. Cantabas, caricias de sirenas apasionadas por las hembras de las olas y los machos de los rayos. Girabas en tu mudo que tantos desearían estar. -Eres un especie que todos no serian- No tienes a nadie, eso lo que piensas. Sabes que te quiero tener, solo te haces la inocente del no saber. La ignorante que se acobija sobre enfermedades del no puedo. Te duermes en mis sueños y en tu realidad, pierdes cuando no lo debes hacer, ganas si te vas con otras personas que no quieres tenerlos ni de cerca -¿Por qué?- Porque para toda persona eres la mas deseada, la mas atrevida, la que no debes –la que todo lo puede-

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