viernes, 26 de octubre de 2012

En mis sueños

me sambullía en ese mar de terapia
donde creía limpiarme de lo sucedido,
de repente oía sus chillidos, suaves manantiales.
venían hacia mi, llamándome con entusiasmo.
una sonrisa de repente se figuró en mi cara
y una lagrima hasta el borde del abismo no bajaba
-era de alegría-
sus ojos grandes, como aquel bolón,
al que jugaba en la primaria,
brillosos como por la noche lo hacen las estrellas fugaces.
su enorme cuerpo me pasaba girando en mi entorno,
me abrazaba, me empujaba.
mi corazón latia mas fuerte de lo esperado.
ellos son mi mundo, ellos siguen siendo mi ilusión
y su voz aún la conservo en el corazón.

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