Por cada sonrisa que me robabas me hacías recordar los momentos en donde habíamos nacido, para después renacer el día que se derrumbara la casa. Intentamos reconstruirla, pero no pudimos, vos ponías el esfuerzo del ogro más grande del mundo, y mi esfuerzo era como el de una hormiga que apenas llevaba su hoja. Ya nada era lo mismo una vez de vuelta en casa. Todo dependía de ambos. Pero volvimos por esa pequeñas e inocente partícula de ruta hecha apropósito. Para que la distancia nos divida por buenos ratos. Tomarse un micro en esa época, era como tomarse una limusina, costaba fortuna poder llegar a tus brazos, pero no tenía pecio estar a tu lado, para seguir recorriendo esas calles de la gran ciudad.
Ahora ya estas en brazos de otra persona. Que robó sin permiso ese fichero que escribía en tu cuerpo, sumamente delicado lo besaba como cada gota besa al caer sobre una ventana.
La última vez que pude sentir ese amor que un día creció, fue a las siete de la mañana donde tu cuerpo estaba enredado al mío, como una madriguera abrazando unos frutos en medio del campo.
Quisiera que vuelvas para volver a decirte te amo, quisiera que vuelvas para recordar los daños que nos hemos hecho, para sacar esos miedos que tenía por dentro, quisiera que vuelvas porque aún te extraño.
Solo te pido que vuelvas porque aún TE AMO.
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